En el Gran Acuario Mazatlán, se encuentra Casa Guacamaya, un refugio para más de 50 aves de diferentes especies que fueron rescatadas de tráfico ilegal o decomisos.
Estas aves, incluyen guacamayas, loros, patos, gansos y un cisne negro, no pueden ser reintegradas a su hábitat natural y requieren cuidado humano para sobrevivir.
En Casa Guacamaya, las aves reciben atención médica adecuada, una dieta balanceada y un entorno seguro para desarrollarse y crecer.
La Bióloga, Samantha Farías destacó que el tráfico de aves es un gran retroceso para las especies, ya que muchas de ellas están en peligro de extinción debido a la venta ilegal.
Señaló que el Gran Acuario Mazatlán cuenta con personal especializado y certificaciones para el manejo de vida silvestre, lo que garantiza el bienestar de las aves.
Dijo que el refugio ofrece un espacio para que las aves puedan vivir en un entorno seguro y saludable, y también busca concientizar a los visitantes sobre la importancia de la conservación de las especies.
Finalmente, Samantha Farias mencionó que la labor que se realiza en Casa Guacamaya es fundamental para la protección de las aves y su hábitat, y es un ejemplo de cómo se puede trabajar para preservar la biodiversidad y promover la conservación de las especies.