- Nuevo León y Yucatán, únicos estados sin sitios para descarga de aguas negras
- En todo el país existe la contaminación de cuerpos de agua por descarga sin regulación de aguas residuales
Por: Marcela Perales
Ciudadanos denuncian la contaminación del río de La Silla, "sigue el mugrero saliendo". De aquí de Guadalupe se va a Juárez y Cadereyta donde la gente acostumbra los domingos ir al río".
Es una descarga de agua negra en el Río La Silla, en Nuevo León, siendo que este y Yucatán, son los únicos dos estados que no cuentan con sitios de descarga de residuales.
Actividad prohibida en la Ley de Aguas Nacionales, pero en México la corrupción está por encima del reglamento.
Antonio Hernández, integrante de Pronatura Noreste A.C., lamenta, "En cualquier gran ciudad de nuestro país, tú vas a encontrar contaminación de los cuerpos acuáticos, no sólo los ríos, lagunas, humedales humanos en donde se descargan las aguas que no son tratadas y que no son conducidas de manera adecuada".
Las cifras lo dicen. La descarga ilícita de agua residual está penada con hasta 9 años de prisión o hasta 300 mil cuotas, y del 2015 al 2021, la CONAGUA aplicó 582 sanciones.
La mayoría de ellas en Chiapas, Baja California y Oaxaca.
Hernández, asegura, "hay un pasivo importante para dar cauce a este tipo de descargas, como el drenaje sanitario y esto ocasiona una problemática importante de contaminación de los ecosistemas acuáticos y terrestres, del suelo".
Esto genera una contaminación generalizada en el agua, provocando enfermedades como diarrea, cólera, disentería, hepatitis A y fiebre tifoidea, además de la muerte de la flora y fauna.
"Pensemos en el río Atoyac en la zona conurbada de Tlaxcala y Puebla, en los grandes ecosistemas lagunares de ciudad de México que desapareció el Ajolote, en Monterrey que también ocurrió la desaparición endémica de peces", agrega Antonio Hernández.
El dinero para el cuidado de las cuencas hidrológicas y para el ordenamiento de aguas residuales y alcantarillado disminuyó de 13 a 5 mil millones de pesos del 2018 al 2021.
Quienes vigilan estas zonas naturales también van a la baja, pues en la actual administración, el número de inspectores bajó de 181 a 153 del 2015 al 2021. Una muy baja expectativa para la solución al tratado del agua y el cuidado de las zonas hidrológicas.