María Ávalos, de 71 años, enfrenta un ciclo de violencia que ha convertido su hogar en un lugar de miedo. Su hijo menor, de 39 años y con problemas de drogadicción, la agredió físicamente tras negarse a prestarle dinero. María, quien vive en un jacal en la colonia La Ponderosa con carencias básicas, asegura que esta no es la primera vez que sucede. A pesar de haber buscado apoyo en el Instituto Estatal de la Mujer, las acciones emprendidas no han sido suficientes. Ahora pide a las autoridades que retiren a su hijo de la vivienda para garantizar su seguridad.
El caso de María refleja una problemática nacional alarmante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada diez personas mayores ha sido víctima de maltrato. En México, la prevalencia de abuso hacia adultos mayores alcanzó el 32.1 %, siendo el maltrato psicológico el más frecuente (28.1 %). Además, un 16.2 % de las personas mayores sufrió algún tipo de violencia en 2019, destacando el abuso psicológico (12.7 %), económico (3.9 %) y físico (3.7 %).
Esta situación pone en evidencia la vulnerabilidad de las mujeres adultas mayores y la falta de respuestas efectivas por parte de las instituciones. La violencia intrafamiliar, particularmente hacia personas mayores, demanda atención inmediata y protocolos de acción más contundentes.
La historia de María es un llamado urgente a las autoridades para implementar medidas efectivas de protección. Mientras tanto, María continúa esperando justicia, con la esperanza de que su caso impulse cambios y no quede reducido a una estadística más en los registros de violencia familiar.