El agua potable en Durango enfrenta un grave problema: niveles elevados de arsénico y flúor han sido detectados en el líquido extraído de pozos, excediendo los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Norma Oficial Mexicana. Esta realidad pone en riesgo la salud de miles de ciudadanos.
El consumo constante de agua con estas sustancias puede ocasionar fluorosis dental, fluorosis esquelética, daños neurológicos y afectaciones renales, según estudios de Medical News Toda y otros organismos investigadores. Aunque las manchas en los dientes son el síntoma más visible, los daños subyacentes pueden ser mucho más graves.
Luis Fernando Uc, ex delegado de CONAGUA, señala que en México, y en Durango en particular, se ha establecido una cultura de consumo de agua embotellada como una solución alternativa. Sin embargo, esto representa un costo significativo para las familias: en promedio, un mexicano gasta 3,575 pesos anuales en agua embotellada, de acuerdo con el IMCO. Aun así, no toda el agua embotellada es segura, y los consumidores se enfrentan al reto de identificar productos confiables.
Por su parte, el ingeniero Agni Otto García, afirma que en muchos casos, se compran los equipos purificadores adecuados, pero unicamente trabajan de manera adecuada, mientras son nuevos, luego no se les dá el mantenimiento necesario. Por su parte la diputada local Cinthia Monserrat Hernández ha levantado la voz para exigir acciones concretas. Desde la Comisión de Aguas del Congreso del Estado, se cuestiona por qué las autoridades municipales no reconocen públicamente el problema y no adoptan medidas inmediatas para solucionarlo.
El impacto de estas sustancias en la salud pública es innegable, pero las soluciones parecen estar lejos de alcanzarse. Mientras se realizan inversiones como la presa Tunal II y proyectos de potabilización a largo plazo, los duranguenses enfrentan un desafío diario: garantizar agua segura para sus hogares.
La calidad del agua no puede ser un tema postergado. Es necesario actuar con urgencia para proteger la salud de las presentes y futuras generaciones.