En México, el parque vehicular supera los 32 millones de automóviles, y cada vez más marcas chinas se posicionan como una opción económica para los consumidores. Sus precios competitivos, diseños atractivos y tecnología avanzada han captado la atención del mercado, pero especialistas advierten sobre problemas que no siempre son visibles en el momento de la compra.
Guillermo Falomir Russek, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles (AMDA) en Durango, señala que, aunque estos vehículos son accesibles, su talón de Aquiles radica en la disponibilidad de refacciones, pero que espera que pronto lo van a solucionar.Por lo pronto, esto puede derivar en gastos adicionales y tiempos prolongados de reparación.
Además, Armando Soto Luna, presidente de los talleres mecánicos en CANACO, explica que los autos de origen chino tienen un desgaste acelerado en las carreteras mexicanas, lo que limita su vida útil a un promedio de cinco años, mucho menor que el de marcas tradicionales. Otro factor a considerar es su alta devaluación: pierden hasta un 40% de su valor, cifra que supera con creces la de otras marcas.
De acuerdo con expertos y la plataforma WeVerify, esta devaluación se debe a cinco razones principales:
Percepción de calidad: Se perciben como menos duraderos.
Falta de reputación: Al ser marcas recientes, no cuentan con un historial sólido.
Estrategias de precios: Los bajos costos iniciales afectan su valor de reventa.
Alta disponibilidad: La saturación del mercado disminuye su exclusividad.
Problemas postventa: La atención al cliente y el servicio técnico aún son limitados.
Si bien estos vehículos representan una alternativa económica, expertos recomiendan analizar las necesidades personales, investigar las opciones disponibles y evaluar la infraestructura de soporte de cada marca antes de adquirir un auto nuevo. La decisión de compra debe considerar no solo el precio inicial, sino también los costos a largo plazo asociados a mantenimiento y devaluación.