El fin de año en la supercarretera Durango-Mazatlán se caracterizó por una baja afluencia de vehículos y turistas, en contraste con lo que tradicionalmente se observa en esta temporada. Operadores turísticos del puerto de Mazatlán y de la sierra de Durango habían advertido sobre un comportamiento atípico, y las cifras parecen confirmar estas expectativas.
Según imágenes captadas en la caseta de cobro, el flujo vehicular fue notablemente bajo durante las fechas clave. Las cabañas en la sierra de Durango, que usualmente alcanzan altos niveles de ocupación, reportaron menos del 20%, mientras que los hoteles en Mazatlán no lograron llenar sus habitaciones, a pesar de las campañas promocionales lanzadas una semana antes por un grupo de empresarios hoteleros.
Las razones de esta baja afluencia parecen estar relacionadas con factores económicos y de percepción. Aunque las autoridades reportan que la seguridad en la supercarretera es buena y la infraestructura se encuentra en condiciones aceptables, los turistas decidieron buscar alternativas más accesibles o quedarse en sus lugares de origen. La inflación, los altos costos de combustibles y los recientes hechos de violencia en estados vecinos también podrían haber influido en esta tendencia.
El impacto de esta situación preocupa a los empresarios del sector turístico, quienes esperaban que esta temporada contribuyera a la recuperación económica tras un año complicado. Para muchos, la baja actividad representa una pérdida importante en ingresos, especialmente en un periodo que históricamente ha sido clave para su industria.
Ante este panorama, los empresarios piden mayor apoyo en promoción y estrategias de desarrollo turístico que reactiven la confianza de los viajeros, no solo en Mazatlán, sino también en los atractivos de Durango y su sierra, que durante años ha sido un referente para el ecoturismo regional.