Comunidades incomunicadas por la destrucción de caminos en zona indigena.
Una problema se desarrolla en la vasta extensión de la zona indígena. Este rincón agreste, caracterizado por su majestuosidad y soledad, alberga una población que lucha por sobrevivir. La emergencia es de naturaleza diferente a las que vemos en las noticias, pero es igual de apremiante.
El corazón de esta emergencia es su red de caminos, su única conexión con el mundo exterior. La paradoja es que estas arterias son también sus debilidades, pues son caminos convertidos en carreteras, desgastados por el paso constante de la vida cotidiana y, paradójicamente, por la falta de atención y mantenimiento.
A esta crisis se sumó recientemente el embate de las lluvias, un recordatorio feroz de la fragilidad de esta región. Los huracanes que azotaron las semanas previas generaron un deterioro considerable en estas vías de vida. Como resultado, varias comunidades quedaron aisladas, incapaces de acceder a servicios básicos o de comunicarse con el mundo exterior.
El Diputado Bernabé Aguilar ha levantado su voz en alarma y con razón. La situación es crítica y exige una respuesta inmediata. No podemos permitir que estas comunidades sigan luchando en la sombra de la incomunicación. Es hora de que los distintos niveles de gobierno unan esfuerzos para rescatar a estas comunidades, restaurar sus conexiones y garantizar su acceso a los servicios esenciales que todos merecen. Afirma que las ruas Durango - Tepic y Durango - Guadalajara están abandonadas. Y agrega que hay poblaciones como San Francisco y San Buenaventura, que están incomunicados. La situación es grave, pues hay que recordar que además, estas localidades luchan contra la sequía que ha azotado a todo el país, llegando a tener una emergencia humanitaria, pues hemos dado cuenta de menores de 5 años que han muerto por desnutrición.
Este no es solo un llamado a la acción, sino un grito por justicia. Cada alma en esta zona indígena, cada comunidad aislada, tiene derecho a una vida digna ya la oportunidad de prosperar. Durango debe reconocer su dolor silencioso y trabajar incansablemente para aliviarlo.