Falta de recursos básicos

Alma Antuna, de 50 años, enfrenta la dura realidad de vivir en la colonia Predio El Rosario, una de las muchas áreas en Durango donde las necesidades básicas son inalcanzables. Su esposo trabaja en el parque industrial ladrillero, un empleo marcado por la precariedad y dependiente del clima. Los días de lluvia detienen las labores y el pago se paraliza, afectando severamente la economía familiar.

Con una hija en secundaria, Alma se enfrenta a un desafío mayor durante el regreso a clases, la necesidad de alimentar a su familia ha llevado a Alma a posponer el pago de la inscripción y la compra de útiles escolares. Cada día es una difícil decisión entre asegurar la educación de su hija y proporcionar lo esencial para la mesa familiar. La venta de frijoles cocidos y donas es su única fuente de ingresos, pero estos ingresos no son suficientes para cubrir todas sus necesidades.

La situación se agrava debido a la falta de servicios básicos en Predio El Rosario, la ausencia de agua potable y electricidad complica las actividades diarias y afecta la calidad de vida. La falta de estos servicios limita las oportunidades para mejorar su situación económica y añade un obstáculo adicional en su lucha diaria.

A pesar de las difíciles circunstancias, Alma se mantiene firme en su deseo de que su hija continúe sus estudios, aunque ha conseguido una prórroga en la escuela, la incertidumbre sobre el futuro persiste. Alma sigue enfrentando nuevos desafíos cada día y busca con determinación la manera de sostener a su familia y garantizar un futuro mejor para sus hijos, a pesar de las adversidades que enfrenta diariamente.