La I.A. es un recurso al que tenerle cuidado
Las inteligencias artificiales están experimentando un auge notable en una variedad de esferas: desde entornos educativos y redacciones hasta la esfera televisiva y el ámbito de las imágenes. Sin embargo, es preocupante advertir cómo esta tecnología avanzada está siendo empleada de manera perniciosa por ciberdelincuentes, específicamente con el objetivo de extorsionar, en su mayoría, a menores de edad. Estos malhechores se aprovechan de la vulnerabilidad inherente a la juventud y de la facilidad de acceso que los jóvenes tienen a las redes sociales.
En este contexto, el uso imprudente y descuidado de las redes sociales adquiere una dimensión especialmente inquietante. Los menores, sin plena conciencia de los riesgos que corren, se hallan expuestos a peligros latentes. Según los análisis de expertos, se ha constatado que la mayoría de las escuelas de nivel medio en la capital permiten a sus usuarios utilizar la red social TikTok, una plataforma popular para compartir videos. Preocupantemente, estos jóvenes suelen publicar contenido con sus rostros sin ejercer precauciones ni obtener el consentimiento de sus padres o tutores.
Esta falta de conciencia y responsabilidad en la gestión de la privacidad en línea aumenta la vulnerabilidad de los menores ante ciberdelincuentes sin escrúpulos. La información personal compartida en plataformas públicas, como los rostros de los jóvenes en los videos de TikTok, se convierte en un recurso que puede ser explotado por personas malintencionadas con propósitos extorsivos. El fácil acceso a dichos materiales puede ser aprovechado para chantajear, acosar o manipular a los menores, producir daños emocionales y psicológicos de largo alcance.
Es fundamental que se lleve a cabo una labor conjunta y decidida para abordar esta problemática creciente. Los educadores deben desempeñar un papel activo en la instrucción de los jóvenes sobre el manejo seguro y responsable de las redes sociales. La comunicación abierta entre padres, tutores y menores resulta crucial para fomentar una comprensión completa de los riesgos en línea y establecer pautas claras de comportamiento.
Asimismo, las plataformas de redes sociales deben implementar medidas más estrictas para proteger la privacidad de los usuarios más jóvenes. La creación de ajustes de privacidad por defecto, la promoción de la autorización de los padres para ciertas acciones y una supervisión más activa de las cuentas de los menores son pasos esenciales para mitigar estos peligros.