Monumentos olvidados. Entre el deterioro y el olvido.
En Durango, la conservación de monumentos históricos enfrenta una serie de retos, debido a la falta de recursos y programas específicos para su rescate y mantenimiento. Según el decreto de 1982, el estado cuenta con 786 monumentos catalogados como patrimonio cultural, avalados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). No obstante, el Consejo de la Crónica Municipal ha propuesto incluir 600 monumentos adicionales en el catálogo, lo que elevaría la cifra total a 1,386 monumentos reconocidos oficialmente. La ampliación busca preservar de forma más completa el legado histórico y arquitectónico de la región, que abarca diversos periodos y personajes significativos.
Pese a la cantidad de monumentos catalogados, se estima que al menos 15 de estos presentan un deterioro notable, pero debido a que algunos son propiedades privadas, el INAH enfrenta limitaciones para evaluar o intervenir en su conservación estructural. Entre estos monumentos en deterioro se encuentran el monumento a Carmen Serdán, el de Olga Arias y la casa donde nació Nellie Campobello, sitios históricos que a menudo pasan desapercibidos para los propios duranguenses, quienes desconocen las historias que representan estos edificios y esculturas en abandono. Estos lugares, aunque ricos en historia, se encuentran en riesgo de deteriorarse aún más sin una acción oportuna.
Actualmente, no existe un programa gubernamental a nivel local, estatal o federal dedicado exclusivamente a la restauración de estos bienes históricos. La responsabilidad del cuidado de muchos de estos monumentos recae en los propietarios privados, quienes en última instancia deciden el futuro de estas estructuras. Sin embargo, para Javier Guerrero, uno de los representantes del Consejo de la Crónica, es urgente que se genere una estrategia colaborativa que involucre tanto al sector público como al privado para atender esta situación. Un esfuerzo conjunto permitiría rescatar y preservar un patrimonio que forma parte de la identidad cultural de Durango.
El Consejo de la Crónica Municipal subraya que el rescate de estos monumentos históricos podría tener un impacto significativo en la comunidad, pues estos espacios no solo enriquecen la arquitectura del estado, sino que también permiten a los habitantes reconectar con sus raíces y su historia. Implementar programas que promuevan la educación sobre el valor histórico de estos sitios, así como realizar actividades culturales y visitas guiadas, podría ayudar a fomentar un sentido de responsabilidad y aprecio entre los ciudadanos por estos monumentos.
Para proteger este legado arquitectónico, es fundamental contar con el apoyo de las autoridades y de los propietarios. Con una gestión adecuada y un compromiso compartido, sería posible frenar el deterioro de estos edificios y monumentos, asegurando que las próximas generaciones puedan conocer y valorar el patrimonio cultural e histórico que Durango tiene para ofrecer.