Sequía en Durango: impacto agrícola y perspectivas para 2025

Durango atraviesa su segundo año consecutivo de intensa sequía, una de las más graves en los últimos 30 años, de acuerdo con el meteorólogo Víctor Hugo Randeles, de CONAGUA. Esta situación afecta actualmente a 30 de los 39 municipios del estado, colocándolos en condiciones de sequía extraordinaria. El impacto es evidente, particularmente en las siembras de temporal, donde los resultados han sido muy bajos, generando preocupación en las comunidades agrícolas que dependen de estas cosechas para su sustento.

Aunque las presas de Durango tienen un llenado adecuado para garantizar el suministro de agua en diciembre y enero, las perspectivas climáticas no son favorables. Según Randeles, no se esperan precipitaciones extraordinarias para el cierre de 2024, lo que anticipa que el 2025 podría ser incluso más seco. Este panorama plantea retos significativos para la gestión de los recursos hídricos y la sostenibilidad de las actividades agrícolas, que dependen en gran medida del temporal.

La sequía también pone de relieve la necesidad de implementar medidas de mitigación y adaptación a largo plazo. Expertos y productores locales han señalado la urgencia de modernizar los sistemas de riego, fortalecer los programas de reforestación y promover prácticas agrícolas más resilientes ante el cambio climático. Sin embargo, los recursos disponibles para enfrentar esta crisis son limitados, lo que deja a muchos productores en una situación de vulnerabilidad.

Además del impacto en el sector agrícola, la sequía amenaza con generar problemas en el suministro de agua para consumo humano y actividades industriales, especialmente si las condiciones climáticas no mejoran en los próximos meses. Ante este escenario, se requiere una coordinación efectiva entre los gobiernos estatal y federal, así como con los sectores afectados, para garantizar soluciones sostenibles y evitar una crisis mayor en el futuro.