Sinaloa debe preocuparse por incendio en San Dimas: EVV
Este fin de semana, los cielos normalmente claros de Durango se vieron opacados por una densa capa de humo, resultando en una alarmante caída en la calidad del aire que afectó la visibilidad y preocupó profundamente a los residentes. Las redes sociales se inundaron de imágenes y especulaciones sobre el origen de esta contaminación, lo que subrayó la gravedad de la situación.
El gobernador del estado ha confirmado que esta crisis ambiental es consecuencia de un devastador incendio forestal que actualmente siniestra más de 3,500 hectáreas en el municipio de San Dimas. Durante un vuelo hacia el municipio de Mapimí, el gobernador observó que el humo de los incendios en la zona serrana se ha esparcido hasta alcanzar la capital estatal, evidenciando el alcance y la intensidad del desastre.
El incendio ha movilizado a más de 300 brigadistas que luchan contra las llamas, aunque hasta ahora solo han conseguido contener poco más del 30% del fuego. La situación no solo es crítica por el daño ecológico directo, sino también porque la cuenca hidrológica de San Dimas es un vital proveedor de agua para partes significativas del estado vecino de Sinaloa.
Ante esta emergencia, el gobernador Esteban Villegas ha declarado que se necesita una respuesta coordinada y ha anunciado que buscará el apoyo de su homólogo en Sinaloa, Ruben Rocha Moya, para un esfuerzo conjunto en el manejo de este incendio, que en momentos parece desbordar toda capacidad de control.
Comprometido con reforzar la infraestructura de respuesta a desastres, el gobernador ha instruido a la Secretaría de Finanzas y Administración, liderada por Cristina Orrante, para asignar fondos necesarios para la adquisición de un Heli-balde. Este equipo es esencial, ya que, según palabras del gobernador, "si otros estados enfrentan terremotos como desastres naturales, Durango enfrenta incendios forestales", destacando la necesidad de estar mejor preparados para futuros siniestros.
Esta crisis subraya la urgencia de abordar el cambio climático y mejorar la gestión de recursos naturales, poniendo a prueba la capacidad de respuesta y la cooperación intergubernamental en momentos críticos.