El escenario y los equipos ideales estaban puestos para la primera Gran Final continental de un clásico que desborda las pasiones en Argentina, sin embargo la afición de River Plate no estuvo a la altura previo al juego de vuelta que definiría al ganador de la Copa Libertadores y el encuentro se tuvo que postergar de sábado a domingo.
Unas horas antes del partido, el autobús que transportaba al plantel del Boca Juniors fue atacado con piedras y gas lacrimógeno dejando varios lesionados, entre ellos el delantero Carlos Tevez. Tras el incidente la Conmebol decidió retrasar el inicio del juego, pero luego de un profundo análisis se postergó para este domingo a las 17:00 horas de Buenos Aires, 14:00 horas del centro de México.
No es la primera vez que se da un incidente de este tipo entre los dos equipos más populares del país pampero, el 14 de mayo de 2015, en la ronda de octavos de final de la misma competición, la hinchada de Boca en su estadio, vacío gas pimienta en el túnel de salida del equipo visitante, lo que provocó la suspensión y eliminación de su equipo y que a la postre desembocaría en el titulo continental para River Plate.