La idea de implementar taxis eléctricos en Durango ha captado la atención de concesionarios del transporte público, quienes consideran los beneficios de cambiar de vehículos de gasolina a eléctricos. Sin embargo, este proceso enfrenta varios desafíos, siendo la infraestructura de recarga uno de los más importantes. En México, el desarrollo de electrolineras está lejos de lo necesario para sostener una flotilla de taxis eléctricos a gran escala. De acuerdo a lo expresado por el Director de Transportes del Estado, el Ing. Rafael Valentín Aragón.
El empresario gasolinero Alfredo Herrera Deras ha señalado que la transición hacia vehículos eléctricos es inevitable, pero que existen barreras significativas, principalmente relacionadas con las prácticas monopolísticas de empresas como Tesla. Estas compañías no solo venden dispensadores de energía, sino que también controlan el servicio de recarga, lo que ha frenado la inversión de empresarios locales interesados en participar en este mercado emergente.
El costo de operar un vehículo eléctrico es, en promedio, considerablemente más bajo que el de un auto de gasolina. Un auto eléctrico consume alrededor de 17 kWh por cada 100 km recorridos, mientras que un vehículo de gasolina necesita entre 7 y 8 litros para la misma distancia. A pesar de estos ahorros, la falta de estaciones de recarga en México?con solo 2,200 electrolineras en comparación con las 67,900 en Estados Unidos?complica la viabilidad de este cambio en el corto plazo.
El empresario gasolinero Alfredo Herrera Deras destaca que otro desafío es la autonomía de los vehículos eléctricos. Para que los taxis puedan operar eficientemente, es esencial que los conductores tengan acceso a puntos de recarga confiables a lo largo de sus rutas, especialmente en viajes largos. Actualmente, la escasez de estos puntos de recarga es un obstáculo significativo.
A pesar de estas dificultades, la electrificación del transporte público en Durango es vista como un paso necesario. La inversión en infraestructura adecuada y la colaboración entre el sector privado y el gobierno serán cruciales para superar los retos y avanzar hacia un transporte más sostenible en el futuro.