El puente ferroviario de Otinapa, ubicado en la sierra de Durango, ha sido durante años un punto de encuentro para ciclistas, corredores, motociclistas y turistas que buscan disfrutar de sus paisajes. Sin embargo, el descuido y los actos de vandalismo han puesto en riesgo este importante espacio recreativo y turístico.
En las últimas semanas, se han reportado robos constantes de piezas metálicas del puente, lo que no solo afecta su estructura, sino que pone en peligro la seguridad de quienes lo utilizan. Rafael Sarmiento Aguirre, propietario de cabañas en la zona, señaló que incluso se detectó un campamento improvisado donde los responsables de los robos operaban con total impunidad.
"La pérdida de este puente no es solo una cuestión material; representa un golpe directo al ecoturismo, un sector que ha crecido significativamente en Durango y que genera ingresos importantes para las comunidades rurales", afirmó Sarmiento Aguirre. Además, advirtió que el deterioro del puente podría desencadenar accidentes graves si no se toman medidas inmediatas.
Ante esta situación, el regidor Manuel de la Peña hizo un llamado a las autoridades para priorizar la reconstrucción del puente y promover el turismo de aventura en la región. Según el regidor, esta área tiene un gran potencial que ha sido desaprovechado debido a la falta de inversión y atención.
El puente de Otinapa no es solo un vestigio histórico del paso del tren; es un símbolo de conexión entre la naturaleza y el desarrollo económico sostenible. Sin embargo, su estado actual refleja la desatención a un recurso clave para la economía local.
La comunidad local, así como deportistas y turistas, exigen soluciones inmediatas para garantizar la seguridad del sitio y revitalizar el turismo en la zona. La reconstrucción del puente y la implementación de medidas de seguridad serán esenciales para evitar que esta situación se agrave.