Redacción Alfonso Gil/EFE
Dos goles marcados por Vinicius y Benzema en los minutos 85 y 88 propiciaron la remontaba del Real Madrid en Mestalla en un choque parejo, intenso y de alternativas, pero que el conjunto visitante controló por completo en los diez minutos finales.
El partido dio comienzo a un ritmo alto, con posesiones largas por parte de ambos equipos, especialmente en el caso del Real Madrid, ante un Valencia que buscaba el fútbol más directo, pero que debía parar cuando no encontraba opciones para proponerlo.
Esta dinámica propició aproximaciones a ambas áreas y aunque no fueron especialmente peligrosas, sí que obligaron a los dos guardametas a emplearse con acierto.
Los primeros contratiempos fueron para los locales con las lesiones de su capitán, Carlos Soler, al cuarto de hora de juego, y del lateral Correia, diez minutos después.
El Valencia no acusó el golpe y mantuvo la misma dinámica de juego con la entrada de Musah por Soler y de Lato por Correia, lo que provocó el paso de Folquier a la banda derecha.
Poco después le tocó el turno a Carvajal, que también se lesionó. Entró Lucas Vázquez en su puesto sin que variara el dibujo del conjunto de Carlo Ancelotti.
La jugada más protestada por el público fue la caída de Maxi Gómez cuando pugnaba con Alaba para quedarse solo ante Courtois, en la que el árbitro no señaló falta.
La igualdad con la que se llegó al descanso reflejó el equilibrio de fuerzas de los primeros 45 minutos de un choque muy intenso y disputado en el que las fuerzas estuvieron parejas.
El Valencia salió más incisivo tras el descanso y dispuso de varias opciones de gol que malogró en una fase de juego en la que su rival no encontraba la forma de acercarse a la meta del conjunto que entrena Pepe Bordalás.
Cuando se cumplía la primera hora de juego, el Real Madrid se había vuelto a meter en el encuentro y empezó a jugar cada vez más cerca de la meta valencianista, aunque sin claridad ofensiva en su acciones.
Esa falta de claridad no impedía que el encuentro fuera de alternativas y que en cualquier momento una acción aislada pudiera abrir el marcador en una otra portería.
Así fue. Una jugada elaborada del Valencia acabó con un zurdazo raso y cruzado de Hugo Duro que abrió el tanteador y cambió la dinámica del encuentro.
El equipo madrileño se volcó sobre el área de Mamardashvili,empezó a tener opciones para empatar, pero también abrió espacios para que los locales tuvieran opciones con el fútbol que más les va.
El carrusel de cambios que se produjo en ambos equipos a diez minutos del final provocó un dominio abrumador del equipo madrileño, el empate logrado de buen disparo por Vinicius y el 1-2 tres minutos después en un cabezazo de Benzema.
Para entonces, el Valencia se había quedado sin fuerzas, por lo que no dispuso de ninguna ocasión para haber ampliado la ventaja, haber superado el gol del empate o, finalmente, haber llegado a sumar al menos un punto.