Carmen Sánchez, activista y sobreviviente de violencia química, fue víctima de un ataque con ácido por parte de su expareja en 2014, en el Estado de México. Este ataque le causó graves lesiones que la mantuvieron hospitalizada por ocho meses. Lo sucedido marcó el inicio de su incansable lucha por justicia, que en 2023 culminó con una histórica sentencia de 46 años y 8 meses de prisión para su agresor. Este caso es uno de los primeros en México y América Latina en clasificar el ataque como tentativa de feminicidio.
Carmen recuerda que, hace una década, los ataques con ácido no eran considerados un crimen grave ni se encontraban tipificados en el código penal. Las autoridades y la sociedad, en muchos casos, reducían estas agresiones a lesiones simples. Esta falta de reconocimiento y justicia provocó que muchas víctimas quedaran invisibilizadas.
Tras este doloroso proceso, Carmen fundó la Fundación Carmen Sánchez, con el objetivo de apoyar a mujeres que han sufrido ataques con ácido y otras formas de violencia química. La fundación ofrece acompañamiento médico, psicológico y legal, además de promover reformas legales para una mayor penalización de estos crímenes. Asimismo, Carmen ha trabajado para sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad de este tipo de violencia y ha impulsado el registro de casos como una medida para visibilizar y prevenir estos actos.
Hoy, la activista continúa su labor de empoderamiento, abogando por un cambio cultural y legal que garantice la protección de las mujeres y el castigo justo para quienes cometen estos crímenes.