El volumen del comercio mundial de mercancías sufrirá una leve contracción del 0.2% en 2025, advirtió la Organización Mundial del Comercio (OMC), una cifra muy por debajo del crecimiento del 2.7% que se había previsto antes del inicio de la guerra arancelaria promovida por el Gobierno de Estados Unidos.
Esta caída refleja el impacto de las tensiones comerciales globales, particularmente entre Washington y Pekín.
Según la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, el panorama podría empeorar si se aplican los llamados "aranceles recíprocos" que el presidente Donald Trump anunció tras una pausa de 90 días.
En ese escenario, el comercio internacional podría reducirse hasta en un 1.5%. "La incertidumbre que persiste amenaza con actuar como un freno para el crecimiento global, con graves consecuencias negativas para el mundo, especialmente para las economías más vulnerables", advirtió Okonjo-Iweala.
Uno de los fenómenos más destacados es el "desacoplamiento" del comercio bilateral entre Estados Unidos y China, que podría registrar una caída del 81%. La situación se agravaría hasta una disminución del 91% si Washington decide incluir a los teléfonos inteligentes en la lista de productos con nuevos aranceles. Este quiebre marca una nueva etapa en el comercio global, según la OMC.
La guerra comercial también está desviando las exportaciones chinas hacia otros mercados. De acuerdo con la OMC, se espera que las ventas de China al exterior aumenten un 4% en 2025, con una presencia del 9% en todas las regiones del mundo, salvo en Norteamérica. Esta redistribución del comercio responde a las barreras impuestas por Estados Unidos, lo que ha empujado a Pekín a buscar nuevos destinos para sus productos.
Norteamérica, por su parte, sufrirá una caída significativa en su comercio exterior: se estima que las exportaciones bajarán un 12.6% y las importaciones un 9.6% durante este año, sin incluir todavía el impacto potencial de los aranceles recíprocos.
La OMC advierte que los aranceles no solo afectan a los países que exportan a Estados Unidos, sino también a las propias exportaciones estadounidenses, debido al efecto de represalia que genera en otros gobiernos.
En contraste, Asia mantendrá un crecimiento modesto del 1.6% tanto en sus importaciones como exportaciones, con lo que continuará aportando de forma positiva al comercio mundial. Europa también crecerá, aunque a un ritmo más lento de lo previsto: 5%, lo que representa una reducción de 0.8 puntos porcentuales respecto a la estimación inicial.
Sudamérica, sin embargo, enfrentará un panorama menos favorable. Se proyecta una contracción del 1.1% en su comercio, en comparación con el 2.7% de crecimiento que se había anticipado. Esto se debe, en gran parte, a la fuerte dependencia de varios países de la región de las exportaciones hacia Estados Unidos.
La OMC concluyó que, de mantenerse o agravarse las tensiones comerciales, los efectos negativos se extenderán a lo largo de toda la economía global, frenando la recuperación e impactando especialmente a las naciones con menor capacidad de maniobra frente a las restricciones arancelarias.