El presidente de Rusia, Vladímir Putin, promulgó este lunes el Acuerdo de Asociación Estratégica Integral con Irán, un documento que profundiza la cooperación entre ambos países en distintos ámbitos, pero que no contempla la creación de una alianza militar.
A diferencia del pacto que Rusia mantiene con Corea del Norte, este acuerdo no incluye compromisos de asistencia militar mutua en caso de conflicto.
El tratado, firmado en enero por Putin y el presidente iraní Masud Pezeshkian, convierte a Rusia e Irán en socios estratégicos en áreas como economía, energía, defensa, cultura y lucha contra el terrorismo.
En uno de sus artículos, el documento especifica que si una de las partes es agredida, la otra no brindará apoyo militar al agresor ni facilitará la continuación del conflicto. En cambio, ambas se comprometen a fomentar soluciones pacíficas bajo los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
El acuerdo cobra relevancia en un contexto internacional tenso, especialmente por las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha advertido a Irán sobre posibles represalias si no accede a negociar sobre su programa nuclear. Esta tensión coincide con los recientes cambios en Medio Oriente, como la retirada del poder de Bachar al Asad en Siria y la derrota de Hizbulá, ambos aliados históricos de Teherán.
Aunque el documento no establece una alianza militar, Irán ha sido un aliado cercano de Moscú en el conflicto en Ucrania, suministrando drones Shahed y misiles balísticos que han sido utilizados en el campo de batalla. No obstante, el viceministro ruso de Exteriores, Andréi Rudenko, insistió en que el acuerdo con Teherán "no significa la formación de una alianza militar".
Putin también recibió recientemente al ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, quien le entregó una carta del líder supremo Ali Jameneí. Esta visita refuerza los vínculos entre ambos países en medio de una creciente presión internacional sobre Irán.
La ratificación del acuerdo por parte de Rusia también se da en momentos en los que Moscú impulsa la reanudación del diálogo entre Irán y Estados Unidos, ya sea de manera directa o indirecta, con el objetivo de evitar una nueva escalada en la región. Rusia ha expresado su disposición para actuar como mediador en las conversaciones sobre el programa nuclear iraní.
El acuerdo con Irán forma parte de la estrategia rusa para reforzar sus alianzas geopolíticas en un escenario global marcado por sanciones, conflictos armados y una creciente fragmentación de las relaciones internacionales.