La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que se transmite por el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o habla.
Aunque afecta principalmente los pulmones, también puede presentarse en otros órganos como los riñones, el cerebro, el sistema digestivo, la columna vertebral y la piel.
Existen dos tipos principales de tuberculosis: la infección latente y la enfermedad activa. En la infección latente, la bacteria está presente en el cuerpo pero no causa síntomas ni se contagia. Sin embargo, puede volverse activa si el sistema inmunológico se debilita. En la tuberculosis activa, la persona presenta síntomas y puede transmitir la enfermedad a otros.
Los síntomas de la tuberculosis activa incluyen tos por más de dos semanas, tos con sangre, dolor en el pecho, fiebre, pérdida de peso, debilidad, cansancio y sudores nocturnos. Es fundamental acudir al médico ante estos signos, ya que la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden evitar complicaciones graves.
En México, la situación de la tuberculosis continúa siendo preocupante. En los primeros tres meses de 2025 se han registrado 4,953 casos, con 412 nuevos contagios confirmados tan solo en la última semana de marzo, según datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Los estados con mayor número de casos son Veracruz (434), Nuevo León (424) y Baja California (417).
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) advierte que una persona con tuberculosis no diagnosticada puede contagiar hasta a 15 personas en un año. Por ello, el doctor Daniel Baltazar Salazar, coordinador de programas médicos del IMSS, hizo un llamado a la población para buscar atención médica y someterse a pruebas si presentan síntomas.
El tratamiento de la tuberculosis consiste en un esquema de antibióticos que debe seguirse al pie de la letra para eliminar la bacteria y evitar que se vuelva resistente. El tratamiento puede durar de cuatro a nueve meses en casos activos, y entre tres y nueve meses en infecciones latentes. Las personas con tuberculosis pulmonar deben tomar precauciones como quedarse en casa, cubrirse al toser y mantener espacios ventilados.
En México también se aplica la vacuna BCG a los recién nacidos para prevenir formas graves de tuberculosis, como la meníngea. Sin embargo, esta vacuna no protege contra todas las variantes, por lo que la detección temprana sigue siendo esencial.
El IMSS recomienda acudir a las Unidades de Medicina Familiar en caso de presentar síntomas o pertenecer a grupos de riesgo, como personas con VIH, diabetes, adultos mayores, o quienes hayan estado en contacto cercano con personas enfermas.
La lucha contra la tuberculosis requiere de compromiso tanto de las instituciones como de la ciudadanía. Detectarla a tiempo y seguir el tratamiento puede salvar vidas y evitar la propagación de una enfermedad que, aunque antigua, sigue siendo un reto de salud pública en México y en el mundo.