En plena recta final hacia las elecciones federales del lunes en Canadá, el primer ministro Mark Carney lanzó duras declaraciones contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al acusarlo de querer "romper" al país mediante la guerra comercial entre ambos gobiernos.
"El presidente Trump, los estadounidenses, quieren rompernos para ser nuestros amos. No son solo palabras. Es lo que está en juego", declaró Carney este jueves durante un acto electoral en la localidad de Coquitlam.
El líder del Partido Liberal subrayó que las recientes declaraciones de Trump, en las que expresó su interés por anexionar Canadá, deben ser una llamada de atención para los votantes.
"Esta elección es crucial. Los canadienses tienen que decidir quién le plantará cara a Trump, quién construirá una Canadá fuerte, quién tiene la experiencia para hacerlo", afirmó ante medios de comunicación.
Las tensiones entre ambos países se han incrementado desde que Trump impuso aranceles a varios sectores clave de la economía canadiense, lo que llevó a Canadá a aplicar medidas de represalia. Esta dinámica ha derivado en una guerra comercial que, según Carney, forma parte de una estrategia para debilitar la soberanía canadiense.
Ambos mandatarios sostuvieron una única conversación telefónica el pasado 28 de marzo, donde acordaron que, tras las elecciones del 28 de abril, comenzarían negociaciones para redefinir la relación económica y de seguridad entre los dos países. Estas conversaciones están programadas para iniciar en mayo, según confirmó el gobierno canadiense.
Carney también enfatizó que este contexto muestra la relevancia del proceso electoral, ya que no se trata solo de política interna, sino de definir el rumbo internacional del país. "Trump ya dejó claro lo que quiere. Ahora le toca a Canadá decidir cómo responder", expresó.
Canadá y Estados Unidos son socios, junto con México, en el tratado de libre comercio T-MEC. Sin embargo, las recientes decisiones del mandatario estadounidense han puesto a prueba esta alianza regional. Para Carney, el futuro de Canadá está en juego, y la única manera de preservarlo es con un liderazgo firme frente a las presiones de su vecino del sur.