Con el VAR en contra, que no dio validez a un gol legal de Luis Díaz, dos expulsiones, de Curtis Jones y Diogo Jota, y un gol en propia puerta en el último segundo, el Liverpool cayó de la forma más cruel posible este sábado en el norte de Londres ante el Tottenham Hotspur (2-1).
Los de Jürgen Klopp sufrieron un partido con todo en contra, desde la expulsión de Jones a los 25 minutos, al gol anulado con 0-0 a Díaz, de forma incomprensible porque estaba en posición reglamentaria, pasando por la roja a Jota, expulsado por doble amarilla en menos de un minuto, y hasta el gol de Joel Matip en el último segundo de partido.
Una pesadilla que no tenía fin y de la que pensaban que habían sobrevivido cuando en el minuto 95 el tanto de Cody Gakpo sería para igualar el gol inicial de Heung-min Son. Hasta que un centro de Pedro Porro, en el último segundo, lo desvió Matip a su propia escuadra y terminó por poner de rodillas a unos 'Reds' que no merecieron tan duro castigo.
James Maddison, dueño y señor del partido, dio valor por sí solo al precio de la entrada en el Tottenham Hotspur Stadium, que saboreaba cada una de sus acciones individuales.
Una creatividad mucho más fácil de desarrollar a partir de la expulsión de Jones, que dio un plantillazo a Bissouma que le mandó al vestuario antes de tiempo. Pese a las quejas de Gary Neville en la televisión, no tuvo que pensárselo mucho Simon Hooper para mostrar la roja previo paso por el VAR.
Con la tercera expulsión de esta Premier, el Liverpool respondió con un gol de Luis Díaz al contraataque. Una definición perfecta a la carrera que desactivó el linier al levantar el banderín. La repetición, sin embargo, daba a entender que el colombiano estaba en posición reglamentaria. El VAR no tardó ni 30 segundos en revisar la jugada y para sorpresa general, legitimó al linier. Gol anulado.
Y llegó el tercer mazazo a los 'Reds', Maddison se inventó un pase entre el central y el lateral para encontrar a Richarlison, que de primeras dio un pase de la muerte para que Son a placer marcara el 1-0.
Partido encarrilado para los 'Spurs', que tenían 60 minutos por delante en casa, contra uno menos y con ventaja en el marcador, pero en el tiempo de descuento de la primera mitad, Gakpo, en una jugada iniciada por un cambio de orientación de Szoboszlai, bajó una pelota dentro del área y a la media vuelta, como ya hizo entre semana ante el Leicester City empató el encuentro. No había VAR esta vez que lo anulara.
La tarea de aguantar el punto aún así era titánica para el Liverpool, que tenía que sobrevivir a los latigazos de Maddison y Son, desactivados todos por un Alisson que estuvo magistral.
El brasileño oxigenó a los suyos desde la portería, todo lo contrario que Jota, que se autoexpulsó en menos de un minuto, por dar una patada y por protestar. No duró ni 25 minutos en el campo el portugués, que obligó a Klopp a jugar casi media hora con nueve jugadores.
Y lejos de ser un acoso constante de los 'Spurs', el Liverpool resistió con dignidad y casi sin ver peligrar el punto en el añadido de seis minutos.
Hasta que en la última jugada del encuentro, Porro buscó un centro raso desde la banda y Matip, al intentar despejar, la clavó en el ángulo.
Cayó el Liverpool, de la forma más cruel posible, y lejos de aprovechar el pinchazo del Manchester City, cae hasta la cuarta plaza, a dos puntos de los de Pep Guardiola. El Tottenham se aúpa al segundo puesto, con 17 puntos a uno de los líderes.
Manuel Sánchez Gómez // EFE