¿Hongos alucinógenos contra la ansiedad?
El uso de la psilocibina, un compuesto presente en los hongos alucinógenos, ha ganado popularidad en México como un tratamiento alternativo para la ansiedad y la depresión, pese a estar prohibido por la Ley General de Salud.
Aunque la legislación considera que la psilocibina no tiene valor terapéutico, la comunidad científica mexicana está comenzando a mostrar interés en investigar sus posibles beneficios.
Un ejemplo de esta tendencia es Iraís Morato, quien decidió tratar su ansiedad con microdosis de psilocibina tras sentir que los métodos convencionales no le estaban funcionando. Durante un tratamiento de cuatro meses, tomó pequeñas dosis de 0.1 mg, tres días consecutivos con dos de descanso, y notó una mejora significativa en sus síntomas, incluyendo una reducción en los pensamientos intrusivos y una mejora en sus relaciones interpersonales.
Eros Quintero, cofundador de la Sociedad Mexicana de la Psilocibina, explica que las microdosis son subperceptuales, es decir, no producen los efectos alucinógenos que comúnmente se asocian con estas sustancias. Sin embargo, los hongos psilocibes siguen estando clasificados como droga en México, con la excepción de su uso en rituales indígenas.
El interés científico en la psilocibina ha llevado a que investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, como el doctor Raúl Escamilla y la doctora Eva González Trujano, inicien estudios para evaluar su eficacia y seguridad. En una primera fase, los investigadores realizaron pruebas en ratones utilizando extractos de psilocibina, observando una reducción significativa en los síntomas de depresión y ansiedad.
A pesar de estos resultados prometedores, los científicos enfrentan desafíos debido a las restricciones legales. La doctora González Trujano subraya la necesidad de contar con recursos e infraestructura, además de permisos gubernamentales, para continuar con las investigaciones en humanos.
En el ámbito legislativo, la senadora Alejandra Lagunes ha propuesto una reforma a la Ley General de Salud para fomentar la investigación sobre el uso terapéutico de enteógenos y psicotrópicos. Aunque la actual legislatura está por concluir, Lagunes confía en que la próxima asamblea retomará la iniciativa, señalando que otros países ya están regulando el uso de hongos psilocibes en beneficio de la salud.
Mientras tanto, el acceso a la psilocibina sigue siendo posible a través de internet, lo que preocupa a los expertos. Eros Quintero enfatiza que el consumo debe realizarse en contextos controlados para evitar situaciones riesgosas que podrían obstaculizar el avance hacia una posible despenalización y regulación de la sustancia.
La comunidad científica y los activistas coinciden en que es necesario un enfoque menos prohibicionista y más orientado a la investigación, con el fin de explorar los usos seguros y eficaces de la psilocibina, y educar a la población sobre su consumo responsable.