La pequeña Sara Orona comenzó hace 5 meses a prepararse para bailar la Danza del Venado, la cual llamó su atención desde pequeña, su primer acercamiento a la cultura sonorense y las danzas indígenas fue con los Fariseos, recién comenzaba a caminar cuando pedía su moneda para hacerlos bailar y observar cada parte de su indumentaria, los tenabaris, las máscaras y cinturones y los sonidos de las sonajas de bule y tambores.
A sus 9 años el interés de Sara la llevó a pedirle a sus padres encontrar un maestro que pudiera enseñarle la más tradicional de las danzas sonorenses, fue así como encontró la profesor Rafael García de la Casa de la Cultura de Empalme quien tuvo clases exclusivas con ella, enseñándole más que la danza, también su historia, así Sara aprendió que este baile representa el drama del momento previo a la caza y la muerte del animal el vínculo del hombre y su entorno y la veneración a la madre naturaleza.
Finalmente Sara después de su preparación culminó con la presentación de su baile enfundada en la indumentaria en el foco tonal de la escollera de Bahía Bacochibampo, donde le obsequió a su padre este espectáculo de cultura y amor por su cumpleaños.