En 2024, la Secretaría de Salud enfrentó un recorte presupuestal significativo de 51.1%, lo que equivale a una reducción de 102.5 mil millones de pesos respecto a los gastos aprobados el año pasado. Esta disminución, que afecta gravemente las finanzas del sector salud, fue justificada por la Secretaría de Hacienda como parte de la transición hacia el nuevo modelo de atención IMSS-Bienestar.
Sin embargo, según un análisis realizado por México Evalúa, el gasto adicional asignado a este nuevo modelo no compensa ni de cerca la caída en el presupuesto del INSABI, lo que genera serias preocupaciones sobre la sostenibilidad y la calidad de los servicios de salud para la población más vulnerable del país.
El recorte presupuestal ha generado inquietud entre especialistas y organizaciones civiles, quienes advierten que esta reducción podría agravar las desigualdades en el acceso a la atención médica y afectar de manera directa a quienes dependen de los servicios públicos de salud. Las implicaciones de esta decisión podrían ser profundas, especialmente en un contexto en el que las necesidades de salud de la población siguen siendo una prioridad urgente.
Es importante que los ciudadanos sepan está información pues el impacto muy seguramente será significativo en la atención qué se les prestará así como la obtención de sus medicamentos y tratamientos necesarios.