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01 de Diciembre del 2024
Obra Pública

El Partenón de Zihuatanejo: de lujo criminal a cultura

El Partenón de Zihuatanejo: de lujo criminal a cultura

Arturo "El Negro" Durazo, quien fue Jefe de la Policía de la Ciudad de México entre 1976 y 1982, aprovechó su posición de poder para realizar sus deseos a toda costa, recurriendo a torturas y otros métodos brutales para conseguir lo que quería. Su famosa mansión, conocida como El Partenón, ahora se transformará en un atractivo cultural y turístico en Zihuatanejo.


El alcalde de Zihuatanejo, Guerrero, Jorge Sánchez Allec, anunció que este emblemático lugar se convertirá en un importante centro cultural y turístico, sumándose a los atractivos del Pueblo Mágico de Zihuatanejo. Con esto, se busca fortalecer y diversificar la oferta turística de la región. El alcalde subrayó que El Partenón será un destino imperdible tanto para los visitantes nacionales como internacionales.

Aunque se preservará la esencia original del sitio, se le realizarán algunas modernizaciones. Además de servir como escenario para conciertos, el espacio contará con salas dedicadas a talleres de pintura y música, enriqueciendo la oferta cultural existente. Este proyecto permitirá que El Partenón sea un espacio abierto para todos, con una cuota de recuperación simbólica, similar a la de otros recintos culturales, según detalló el funcionario.



Estas acciones, destacó Sánchez Allec, buscan recuperar un espacio que, en el imaginario colectivo, pertenece a todos los habitantes de Zihuatanejo.

Este recinto perteneció a Arturo "El Negro" Durazo, quien nació el 19 de octubre de 1918 en Cumpas, Sonora. Proveniente de una familia de escasos recursos, se trasladó durante su infancia a la Ciudad de México, donde entabló una relación con José López Portillo. Este encuentro marcó un punto crucial en su vida, ya que lo catapultó a convertirse en uno de los personajes más temidos y controvertidos de la historia de México.

En la capital, estudió Comercio y Administración en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Sin embargo, gracias a su cercanía con López Portillo, quien más tarde sería presidente, Durazo logró ser nombrado General de División y jefe de la Policía del Distrito Federal. Desde esta posición, cometió numerosas atrocidades: corrompió a la fuerza policial, torturó estudiantes, ordenó la ejecución de delincuentes, sobornó a periodistas y medios de comunicación, organizó una banda de robo de autos compuesta por reclusos del penal de Santa Marta, y estuvo involucrado en secuestros, robos bancarios y narcotráfico.


Con fondos provenientes del presupuesto de la policía del entonces Distrito Federal, construyó la mansión conocida como "El Partenón".


Según el escritor mexicano José Agustín, en su libro Tragicomedia Mexicana 3, esta lujosa propiedad se extendía por 20 mil metros cuadrados y contaba con un lago interior con olas mecánicas y cascadas, albercas, una discoteca con capacidad para mil parejas, doce elevadores, una sala para su colección de automóviles, caballerizas, esculturas griegas, y un helipuerto. El valor de la propiedad se estimaba en tres millones de dólares. Cuando se le cuestionó a Durazo sobre esta extravagancia, respondió que tenía derecho a poseer una casa en Zihuatanejo.

Durazo organizaba interminables fiestas regadas de alcohol y cocaína en esta masión. Un joven Luis Miguel, de apenas 11 años, entretenía a los invitados del influyente jefe de la Policía. Este vínculo fue decisivo en el ascenso de "El Sol de México" hacia la fama. Luis Rey, padre del cantante, mantenía una relación cercana con Durazo, quien recomendó a Luis Miguel para que se presentara en la boda de Paulina López Portillo, hija del entonces Presidente de la República. A cambio, se dice que Durazo exigió "favores sexuales" a la familia de Luis Rey, y se le señala como responsable de la desaparición de Marcela Basteri, madre de Luis Miguel.



La propiedad de "El Partenón de Zihuatanejo" se llama así por su diseño inspirado en la arquitectura clásica griega, fue construida sin que Durazo gastara un centavo, pues los albañiles eran agentes de la Policía del Distrito Federal.


Cuando José López Portillo dejó la presidencia y Miguel de la Madrid Hurtado asumió el poder en 1982, Durazo huyó a Brasil. El nuevo presidente, con su lema de "Renovación Moral", utilizó el caso de Durazo para enviar un mensaje en contra de la corrupción. Algunos rumores sugieren que Durazo escapó a Brasil para someterse a una cirugía estética y cambiar su apariencia, mientras que otros aseguran que esperaba obtener el perdón de De la Madrid, quien tenía una visita programada a ese país sudamericano.

Dos años después de haberse refugiado en Brasil, fue arrestado en Puerto Rico y extraditado a México para enfrentar cargos de contrabando, acopio de armas, evasión fiscal y abuso de autoridad. Como resultado, pasó ocho años en prisión, hasta que en 1992 fue liberado por buena conducta y debido a su delicado estado de salud a causa de un cáncer de colon. Disfrutó de ocho años de libertad hasta su fallecimiento el 5 de agosto de 2000 en Acapulco.


Cuando el exfuncionario fue arrestado en 1984, su casa quedó bajo la custodia del gobierno federal. Sin embargo, ejidatarios, fideicomisos y el gobierno estatal disputaron su control en los tribunales hasta que en 1988 el estado de Guerrero logró expropiarla.





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