El peor desastre minero en México: 10 años de impunidad

Hace 10 años, el derrame de 40 millones de litros de tóxicos en el río Sonora marcó el mayor desastre minero en la historia de México.

Este incidente, que afectó a 22,000 habitantes de ocho municipios, sigue vigente con nuevas denuncias de los pobladores contra Grupo México, la empresa responsable. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) del actual gobierno ha acusado a la compañía de negligencia en la construcción del depósito de desechos, mientras los habitantes del estado de Sonora denuncian la sobreexplotación del agua en el río Bacoachi por parte de la minera.

El desastre ambiental comenzó el 6 de agosto de 2014, cuando 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado fueron derramados en el río Sonora debido a una negligencia en el diseño del sistema de presas.

Este evento afectó gravemente a los habitantes locales, incluyendo a Martha Patricia Velarde, residente de Baviacora, quien sufre de enfermedades por la contaminación del agua con metales pesados. Velarde, miembro de los Comités de Cuenca del río Sonora, ha instado al gobierno a no ser cómplice de la minera y a no realizar estudios que justifiquen la sobreexplotación del río.

Además, Humberto de Hoyos Félix, habitante de Cananea y miembro del Movimiento en Defensa del Agua, ha explicado que la extracción de agua por parte de Grupo México ha agotado los pozos locales, afectando a los ganaderos de la región. La mina de Buenavista del Cobre en Cananea, lugar del derrame, ha dejado contaminados los ríos Sonora y Bacanuchi con metales pesados como arsénico, aluminio, mercurio, hierro y manganeso. Los habitantes continúan sufriendo estragos en sus cultivos y animales, con la contaminación aún presente en el agua y el ambiente.

A pesar de que la Semarnat presentó una denuncia penal contra Grupo México hace un año, no se han reportado avances en la investigación. Mientras tanto, Buenavista del Cobre sigue utilizando el agua de la región, exacerbando la situación de sequía y afectando a las comunidades locales. La demanda de un nuevo programa de remediación y una solución efectiva a la contaminación persiste, mientras los habitantes de Sonora luchan por sus derechos y la protección de su medio ambiente.