La propuesta para reducir la jornada laboral en México, de 48 a 40 horas semanales, sigue sin avanzar tras varios intentos en distintas legislaturas.
Esta iniciativa ha generado una fuerte división entre el sector empresarial y los trabajadores. Para los empresarios, la medida representa un reto económico y productivo, mientras que para los sindicatos es un paso hacia la mejora de las condiciones laborales, alineándose con las tendencias internacionales en materia de derechos laborales.
El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha mantenido una postura de buscar el consenso entre ambas partes. Esta posición es similar a la adoptada por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien también apostó por la gradualidad en la implementación de la medida, sin comprometerse a un apoyo absoluto. A pesar de ello, la reducción de la jornada laboral sigue siendo una propuesta en pie, que no ha sido resuelta en el Congreso de la Unión.
La reforma, que busca reducir las 48 horas de trabajo actuales a 40, sigue siendo uno de los temas más debatidos en la Cámara de Diputados. Mientras dentro del recinto se continúa con las discusiones, fuera de él, la activista María Luisa Luévano mantiene una huelga de hambre para exigir la aprobación de la reforma. Luévano, junto con otros colectivos, ha estado luchando por esta causa desde hace años, visibilizando la necesidad de cambios en la legislación laboral.
El diputado Manuel Vásquez Arellano, de Morena, presentó la iniciativa en la Cámara de Diputados, señalando que la propuesta tiene el respaldo de trabajadores y organizaciones a nivel nacional. En su discurso, Vásquez Arellano destacó que la propuesta busca una jornada laboral más justa, permitiendo que los trabajadores tengan al menos dos días de descanso completos con goce de salario, tras cinco días de trabajo.
El legislador enfatizó que esta reforma forma parte de los esfuerzos por mejorar las condiciones laborales de los mexicanos y que la Cuarta Transformación tiene entre sus prioridades la construcción de un México más justo. De aprobarse, la reforma significaría un avance significativo en los derechos de los trabajadores, beneficiando tanto a la salud física como emocional de los empleados.
La propuesta fue turnada a la Comisión de Puntos Constitucionales, pero ya existe un dictamen aprobado en la pasada legislatura, impulsado por la exdiputada Susana Prieto. Prieto, quien también se encuentra entre los manifestantes afuera del Congreso, ha sido una de las principales impulsoras de la reforma.
A pesar del amplio apoyo de los sindicatos y de los manifestantes, la propuesta sigue sin ser aprobada y continúa siendo un tema de discusión en el Congreso. Mientras tanto, las demandas por una jornada laboral más corta y justa continúan creciendo, con trabajadores y activistas exigiendo una respuesta urgente de los legisladores para que México avance en este tema crucial para los derechos laborales.