600 familias se quedaron sin sustento con restricciones en restaurantes
El impacto económico que se registró por la restricción de actividades debido a la pandemia del Covid-19, es muy grande y poco medible para los restauranteros quienes reflejan este daño con deudas que se tienen que pagar trabajen o no.
Los socios de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera de Alimentos Condimentados (Canirac) del estado de Guerrero se vieron afectados porque dejaron de trabajar por las restricciones implementadas y además se tuvo que invertir para poder seguir laborando pero con las medidas que piden los gobiernos en sus tres órdenes.
La presidenta de la Canirac en Guerrero, Rebeca Farías Salazar, reconoció que sí se vieron afectados, pero fue necesario para atender la pandemia de este virus que no se va a curar en un tiempo corto.
La principal medida que les afecto como restauranteros sostuvo que fue el cupo limitado de acuerdo a la capacidad de cada negocio.
De marzo a noviembre, la restaurantera, estimó que se perdió en el gremio de Zihuatanejo más del 60 por ciento de empleos que se convierten en 600 familias que se quedaron sin sustento.
Pero también de lo malo surgió algo bueno, porque muchas de las personas que quedaron desempleados emprendieron sus propios negocios para poder sobrevivir.
