México enfrenta una grave crisis de conservación del jaguar, con solo el 26.9% de sus paisajes prioritarios para la especie siendo conservados o restaurados.
Esta cifra contrasta significativamente con países como Bolivia y Colombia, donde el 62% de estos hábitats ha recibido medidas de protección, según un estudio presentado este jueves por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
La coordinadora de Conservación de Latinoamérica y el Caribe de WWF, María José Villanueva, destacó que las estrategias de recuperación de especies en la región no están alcanzando los niveles necesarios. "Hay una necesidad urgente de estimar el valor de los servicios ecosistémicos que ofrecen estos hábitats", explicó Villanueva. Además, advirtió que la pérdida de especies es un fenómeno generalizado en América Latina, donde el 95% de las poblaciones de vertebrados estudiadas están disminuyendo.
El informe, titulado Conectando Puntos: El impacto socioeconómico de los hábitats del jaguar en Latinoamérica, también señaló que las principales amenazas para el jaguar en la región incluyen la pérdida de hábitat y la fragmentación del territorio. Villanueva hizo un llamado a los gobiernos de países como México para implementar medidas de conservación efectivas, considerando no solo proyectos de infraestructura como el Tren Maya, sino también la expansión inmobiliaria y la frontera agrícola.
La falta de acción en este sentido es preocupante, ya que, según el reporte, los hábitats de jaguar en América Latina son de vital importancia ecológica, no solo para esta especie emblemática, sino también para otros servicios ambientales esenciales. Estos paisajes, que abarcan más de 244 millones de hectáreas en 14 países, generan anualmente unos 708,300 millones de dólares en actividad económica, a través de sectores como comercio, transporte, educación y banca.
Villanueva subrayó la importancia de invertir en la conservación del medio ambiente, señalando que los servicios ecosistémicos proporcionados por los paisajes de jaguar aportan entre 15.800 y 22.200 dólares por hectárea cada año. Estos servicios incluyen la provisión de alimentos y recursos naturales, agua limpia y estabilidad climática, los cuales benefician directamente a 62 millones de personas en la región.
El estudio también hace un llamado a no subestimar la relación entre la actividad económica y la conservación de la biodiversidad. "Si no invertimos en la protección de estos ecosistemas, arriesgamos poner en peligro no solo al jaguar, sino también a las actividades económicas que dependen de ellos", advirtió Villanueva.
El informe se basa en datos de estudios de valoración económica y coberturas de suelo en la región, y analiza casos específicos de cinco paisajes, entre ellos la Selva Maya en México, la cuenca del Bajo Pastaza en Ecuador, y la región del Pantanal en Paraguay. Estos estudios buscan ofrecer una visión de las percepciones locales sobre la importancia de conservar los hábitats del jaguar y sus beneficios socioeconómicos.
Ante este panorama, WWF reitera la urgencia de que tanto los gobiernos como los sectores privados y las comunidades locales trabajen juntos para garantizar la conservación de estos ecosistemas vitales, no solo para el jaguar, sino para el bienestar de millones de personas en la región.