EU y México perderían en una guerra arancelaria
Los tambores de la guerra arancelaria entre Estados Unidos y México siguen latentes.
De cumplirse el amago del próximo presidente Donald Trump y la advertencia de México de no quedarse de brazos cruzados, el impacto podría ser muy grave para ambas economías.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, advirtió que imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, Estados Unidos provocaría daños severos a empresas de ese país, que podrían perder 400 mil empleos.
Los efectos serían más pronunciados en industrias que dependen de insumos como el sector automotriz, de autopartes y la industria manufacturera.
"Son estos tres grandes grupos de los propios Estados Unidos. O sea, es un tiro en el pie", dijo el titular de economía.
Además, los aranceles implicarían un aumento de las mercancías mexicanas que representan el 15% de las importaciones de ese país, lo cual iría en contra de las propuestas antinflacionarias que enarboló Trump en su campaña, y también se afectaría el crecimiento de Estados Unidos.
"Allá en EU están previendo que si hubiese un impuesto de ese tamaño, el precio final de los vehículos y el impacto inflacionario podría ser entre 3 y 5 por ciento", dijo Ebrard
La guerra de aranceles ya la vivieron los agricultores americanos con China en 2018-2019, situación que redujo sus exportaciones con un costo de 28 mil millones de dólares para la administración de Trump..
México también ya fue objeto de imposición de aranceles en 2018 cuando Trump los aplicó al acero y aluminio. En respuesta nuestro país emitió una política espejo a productos agrícolas, como queso, manzanas, arándanos y cerdo. En menos de un año ambas medidas fueron levantadas.
Pero en esa ocasión solo fueron dos productos, pero un posible arancel del 25% afectaría las exportaciones en varios sectores, lo cual sería muy grave si se considera que el 80 por ciento de los productos que se mandan al extranjero van a Estados Unidos...
Esta guerra arancelaria, aunada a una depreciación del tipo de cambio, y el traslado de los gravámenes al precio final de los productos al consumidor, generaría presiones inflacionarias y también daños al crecimiento, por lo que México seguirá en la negociación para que no se apliquen.
"Nosotros no estamos por los impuestos, no lo estaríamos planteando" puntualizó Marcelo Ebrard.
Con información de Leticia Alcántara
