La capa de ozono se recupera

El 16 de septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. En conmemoración a este acto, la Asamblea General de la ONU proclamó el 16 de septiembre como el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.

La capa de ozono está situada entre 15 y 50 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, en una región llamada estratósfera. Su principal función es protegernos de la radiación ultravioleta (UV) del sol. Esta radiación puede causar enfermedades, dañar a los animales, las plantas y los microorganismos. Aunque la capa de ozono es crucial para la vida en nuestro planeta, es muy delicada y ha sido dañada por actividades humanas.

Uno de los principales responsables de la destrucción de la capa de ozono son los gases de efecto invernadero, en particular los hidroclorofluorocarbonos (HCFC). Estos gases se utilizan en productos como aerosoles, envases y espumas, y contienen cloro, que daña la capa de ozono. A medida que el cloro se libera en la atmósfera, contribuye al calentamiento global y a la disminución de la capa de ozono. En 2021, las emisiones de HCFC alcanzaron su nivel más alto, lo que tuvo un gran impacto en el calentamiento global. Esto ocurrió cinco años antes de lo que los expertos habían previsto.

Se espera que el uso de HCFCs esté completamente prohibido para el año 2040, con el fin de continuar la recuperación de la capa de ozono.

Un estudio reciente dirigido por la Universidad de Bristol, publicado en la revista Nature Climate Change, muestra que los niveles de estos gases están disminuyendo por primera vez. Este descenso es el resultado de las regulaciones internacionales que se han implementado para proteger y restaurar la capa de ozono.

El estudio se basa en datos precisos obtenidos de observatorios atmosféricos en todo el mundo, utilizando información del Experimento Avanzado de Gases Atmosféricos Globales (AGAGE) y de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA) de Estados Unidos. Los científicos han observado una reducción en los niveles de HCFC desde 2022, que se está volviendo más notable en 2023.

La capa de ozono podría estar completamente regenerada entre 2060 y 2080 si se siguen aplicando las medidas de protección

Este avance destaca la importancia de acuerdos internacionales como el Protocolo de Montreal, que se firmó en 1987 para reducir el uso de sustancias que dañan la capa de ozono. Gracias a estas regulaciones, se espera que el uso de HCFCs se reduzca gradualmente hasta quedar totalmente prohibido para el año 2040. Esto es similar a lo que ocurrió en 2010 con los clorofluorocarbonos (CFC), que también dañaban la capa de ozono. Para reemplazarlos, se están desarrollando compuestos como los hidrofluorocarbonos (HFC), que no afectan la capa de ozono.

Podemos contribuir a la protección de la capa de ozono y reducir nuestra exposición a la radiación UV. Algunas medidas sencillas incluyen:

• Usar protector solar con factor de protección solar (FPS) 15 o más
• Buscar sombra durante las horas de mayor radiación UV (entre las 10 a.m. y las 4 p.m.)
• Usar ropa que cubra brazos y piernas, y gafas de sol
• Evitar las camas solares y las lámparas de bronceado.