"Si no hay mano dura de la autoridad, es imposible poder ordenarnos en playa Las Gatas", dijo el presidente de los restauranteros en dicho balneario, Roberto Bustos Olea quién también manifestó que en esta pandemia se esperaba que se cambiara la mentalidad para trabajar de una mejor manera pero no fue así.
Sostuvo que a un mes de haber comenzado a operar en los restaurantes, en Las Gatas no se ha respetado el 30 por ciento de la capacidad de los negocios, pero recalcó que esto no es porque los restauranteros no quieran, si no, porque cuando se estableció el número de mesas para trabajar en los negocios la Dirección de Reglamentos no revisó la situación particular de cada lugar.
Con este planteamiento pidió que la Dirección de Reglamentos revise negocio por negocio, su capacidad para que no se sobrepase de la cantidad de gente permitida por el Gobierno del Estado en la fase naranja de la pandemia.
Reconoció que Ecología, Protección Civil y Reglamentos sí ha estado muy al pendiente del balneario pero sí no hay mano dura sobre el restaurante que no está acatando, nunca se va a entender de la importancia de aplicar las medidas sanitarias.