De acuerdo a las investigaciones realizadas por la Dirección General de Aeronáutica Civil de México, el accidente ocurrido la tarde del 31 de julio en el que un avión de la empresa Aeroméxico se impacto mientras pretendía despegar, fue ocasionado por causas meteorológicas, se trató de una microrráfaga y no por un error humano, o como consecuencia de alguna falla en el equipo Embraer.