La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este miércoles que su Gobierno se compromete a impulsar la transición energética, aunque recientemente los senadores del oficialismo eliminaron la obligación del Estado de promoverla en la reforma constitucional sobre energía que actualmente se discute. En su conferencia matutina, Sheinbaum aclaró que "queremos más fuentes renovables de energía, pero no necesariamente tiene que quedar establecido en la Constitución".
La mandataria se refirió a la aprobación el martes de una reforma en las comisiones del Senado, que reconfigura el estatus de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Estas entidades pasarán de ser consideradas "empresas productivas del Estado" a "empresas públicas", lo que evitará que compitan en igualdad de condiciones con empresas privadas. Esta modificación es parte de un esfuerzo más amplio por revertir las reformas energéticas del Gobierno anterior de Enrique Peña Nieto, que permitió la inversión privada en el sector.
Sheinbaum argumentó que la reforma, aprobada previamente en la Cámara de Diputados, contemplaba que el Estado debía dirigir la transición energética hacia fuentes renovables. Sin embargo, defendió la eliminación de esta obligación al considerar que "no quedaba claro" si se trataba únicamente de la planeación o también de la producción de todas las fuentes de energía renovable. Según ella, esta falta de claridad podría resultar en restricciones para los ciudadanos que deseen instalar paneles solares en sus hogares.
A pesar de los cambios en la legislación, Sheinbaum aseguró que en las leyes secundarias que se deriven de la reforma constitucional se garantizará la transición energética. "Es fundamental que se sigan promoviendo las energías renovables en el país", agregó la presidenta.
El Gobierno de López Obrador, seguido por el actual de Sheinbaum, ha enfrentado críticas por su enfoque en promover los hidrocarburos de Pemex y priorizar la energía generada por la CFE, incluso cuando ésta proviene de fuentes menos limpias en comparación con los generadores privados. Sin embargo, la presidenta reafirmó su compromiso con la transición energética, subrayando la importancia de diversificar las fuentes de energía en México.
El camino hacia la transición energética sigue siendo un tema complejo en la política mexicana, especialmente en un contexto donde la inversión privada y la regulación estatal se entrelazan. Con la nueva reforma aún pendiente de ser aprobada por los congresos estatales, el futuro del sector energético en México se mantiene bajo el escrutinio público y político.