En México, alrededor de 20 mil personas se encuentran actualmente en lista de espera para recibir un trasplante de órgano o tejido. De esta cifra, cerca de 16 mil necesitan un riñón, lo que convierte a este órgano en el de mayor demanda en el país, de acuerdo con datos oficiales del Gobierno de México.
Pese a la urgencia, la oferta de órganos sigue siendo insuficiente. En 2024 se registraron solo 1,800 donaciones, de las cuales 308 fueron multiorgánicas y 1,492 de tejidos, cifras que apenas alcanzan a cubrir una fracción de la necesidad nacional.
Entre quienes esperan una nueva oportunidad de vida está Jonathan Ernesto Carlon, piloto aviador comercial de 35 años. Su lucha comenzó hace nueve años cuando fue diagnosticado con insuficiencia renal crónica, una enfermedad que lo obligó a transformar su estilo de vida, sus prioridades y sus planes de futuro.
Los síntomas han sido devastadores: cansancio extremo, dolores de cabeza y cuerpo, náuseas, diarrea y un profundo desgaste emocional. En marzo de 2024, su situación se agravó, y desde entonces depende de la hemodiálisis, un tratamiento que limpia su sangre de toxinas y líquidos que su cuerpo ya no puede eliminar por sí mismo.
"Viene muy intoxicado? Obviamente decidí por miedo de no llegar a ese punto. Nadie quiere estar idealizado, ni en hemodiálisis, entonces fue más el miedo. Yo ya me hacía? sí aguantaba, pero me sentía muy mal", relata Jonathan.
Hoy, Jonathan no solo lucha contra su enfermedad, sino también contra un sistema de salud limitado por la falta de infraestructura y una cultura de donación de órganos poco desarrollada, especialmente en la región.
El costo de un trasplante en el sector privado puede superar el millón de pesos, sin incluir el tratamiento previo ni el seguimiento médico postoperatorio. Ante esta realidad, Jonathan ha comenzado a organizar eventos y campañas de recaudación con el objetivo de reunir los fondos necesarios y encontrar un donador compatible.
"Hemos estado con eventos, obviamente también buscando donadores. Me han ofrecido un primo, pero tiene detalles de salud; mi hermana también tiene unos detalles autoinmunes. Entonces son detalles que complican. Confiando en Dios que habrá puertas de algún valiente", comenta esperanzado.
El caso de Jonathan Carlon no es único, pero sí ejemplar. Miles de mexicanos viven esta misma incertidumbre cada día, aferrándose a la vida mientras esperan una llamada que puede no llegar nunca. Su historia subraya la importancia de fomentar la donación altruista y fortalecer los sistemas de salud para que la esperanza de vida no dependa solo del azar, sino de una sociedad más consciente y solidaria.