Los 12 niños y su entrenador de futbol, rescatados la semana pasada tras permanecer 18 días atrapados en una cueva del norte de Tailandia, salieron hoy del hospital y comparecieron ante la prensa por primera vez para relatar su odisea, antes de regresar con sus familias a sus casas.
Visiblemente nerviosos, pero con una amplia sonrisa y muy agradecidos, los menores coincidieron en que temieron por sus vidas, pero sobrevivieron bebiendo agua de las estalactitas, sin comida y en completa oscuridad.
"Fue un milagro" haber sido encontrados después de pasar nueve días atrapados en la cueva, dijo uno de los niños rescatados sobre el momento en que escucharon a los buzos que los localizaron, mientras otro aseguró "tenía miedo de no volver a casa".
"Cuando vimos al buzo, nos sorprendimos porque no era tailandés. Lo primero que lo preguntamos fue cuánto tiempo teníamos que seguir en la cueva, ya que todos queríamos ver el Mundial de Rusia, sobre todo la final", relató otro de los menores.
Junto a ellos comparecieron los militares que los acompañaron en la gruta desde el momento del hallazgo hasta el rescate final. "la misión era sacarlos, no había otra opción", dijo uno de ellos, citado por el diario Bangkok Post.
El vocero del gobierno tailandés, Sunsern Kaewkumnerd, explicó que el motivo por el que se celebró la rueda de prensa es que los medios pudieran hacerles preguntas y que, después de esto, puedan regresar a sus vidas normales sin que sean molestados por la prensa.
Los 12 niños y su entrenador fueron dados de alta del hospital provincial Prachanukroh de Chiang Ria este miércoles, un día antes de lo previsto y justo una semana después de que los últimos cuatro integrantes del equipo de los Jabalíes Salvajes fueron rescatados de la cueva.
Su recuperación fue rápida, si bien algunos de ellos recibieron antibióticos tras haber contraído un principio de neumonía derivado de los 18 días que pasaron dentro de la cueva.
Según los psicólogos, los menores han recuperado la suficiente fuerza mental y física para regresar a sus casas y llevar una vida normal, aunque podrían sufrir trasornos de larga duración a raíz de su angustia en la cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia.
El pasado 23 de junio, los integrantes del equipo de futbol, de entre 11 y 16 años, junto con su entrenador de 25, ingresaron en la cueva después de terminar un entrenamiento, pero les sorprendió una fuerte tormenta que inundó los túneles por los que habían accedido, dejándolos atrapados.