Las otras victimas del feminicidio

El feminicidio no solo destruye la vida de las víctimas directas, sino que afecta profundamente a sus familias, dejando una estela de dolor y orfandad. En Baja California Sur, este flagelo ha cobrado la vida de nueve mujeres en lo que va de 2024, un incremento alarmante del 300% en comparación con los dos casos registrados en 2023, según datos de la Procuraduría General de la República (PGR).

Las hijas e hijos de las víctimas enfrentan una realidad devastadora: crecer sin sus madres y con secuelas emocionales que afectan su desarrollo. Para hacer frente a esta problemática, en noviembre de 2023, la exdiputada Eda Palacios presentó una propuesta para reformar ocho leyes estatales, entre ellas la Ley de Víctimas del Estado. La iniciativa contempla la creación de una pensión económica para menores en orfandad por feminicidio, la cual se otorgaría de manera ininterrumpida hasta que los beneficiarios cumplan los 18 años.

A pesar de estas iniciativas, el panorama sigue siendo crítico. El Informe de Registro de Niñas, Niños y Adolescentes en Orfandad por Feminicidio o Homicidio Doloso reportó seis casos en 2019 en Baja California Sur. Sin embargo, en 2021, el estado no proporcionó datos al monitoreo nacional, lo que evidencia una preocupante falta de seguimiento y atención a esta problemática. Además, la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes admitió, a través de solicitudes de transparencia, que no cuenta con registros de menores afectados ni ha activado el Protocolo Nacional de Atención Integral.

Especialistas en salud mental, como la psicóloga Alma Johana Ramos, han señalado que el feminicidio genera una "psicosis colectiva" que afecta no solo a los familiares directos de las víctimas, sino también a la comunidad en general. Ramos destacó la importancia de brindar apoyo psicológico y procesos tanatológicos a las familias, considerando que este tipo de terapias pueden ayudarles a superar la tragedia y reconstruir sus vidas. Sin embargo, el gobierno estatal argumenta que no dispone de recursos para abordar esta problemática, alegando falta de competencia en el tema.

Más allá de buscar justicia para las víctimas, es fundamental atender el dolor de las familias y ofrecerles herramientas para sanar. Los especialistas advierten que romper el ciclo de violencia solo será posible si se fortalece el apoyo emocional y económico a los afectados. Además, subrayan la importancia de desestigmatizar la terapia psicológica y reconocerla como una herramienta esencial para construir comunidades resilientes y libres de violencia.

El feminicidio no solo deja vacíos en los hogares, sino también profundas heridas en la sociedad. Atender el dolor de las familias es un paso crucial para avanzar hacia una realidad más justa y segura, no solo en Baja California Sur, sino en todo Méxic