Sequía afecta el 90% del territorio estatal
Autoridades estatales advirtieron que el fenómeno de "La Niña" podría intensificar la grave sequía que afecta al estado, dejando al 90% del territorio en condiciones críticas.
Este problema, derivado de la falta de lluvias, ya ha generado un impacto significativo en sectores clave como la agricultura, la ganadería y el suministro de agua potable.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en 2024 Baja California Sur registró apenas 56.8 milímetros de precipitación, un desplome alarmante en comparación con los 247 milímetros del año pasado, cifra que incluso superó el promedio anual de 178 milímetros.
El secretario de Protección Civil, Héctor Amparano Herrera, subrayó que la llegada del fenómeno de La Niña caracterizado por el enfriamiento del océano Pacífico y condiciones más secas de lo habitual agravará el estrés hídrico en la entidad.
"Vamos a experimentar condiciones más secas durante este evento. Afectará la agricultura, la ganadería, la disponibilidad de agua y aumentará el riesgo de incendios forestales. Nos obliga a estar en alerta permanente junto con instituciones de los tres niveles de gobierno para mitigar los efectos de la escasez de agua y el estrés hídrico", señaló Amparano.
Por su parte, Alfredo Bermúdez Beltrán, director de la Secretaría de Pesca, Acuacultura y Desarrollo Agropecuario (SEPADA), descartó medidas como el bombardeo de nubes debido a la baja nubosidad en la región. En cambio, recomendó estrategias como el manejo zootécnico para los ganaderos.
"Es necesario despoblar los hatos ganaderos, vendiendo vacas improductivas y toros viejos. El patrimonio está en los vientres, y en eso estamos trabajando", explicó Bermúdez.
Los ganaderos, uno de los sectores más afectados, reportan pérdidas significativas en su patrimonio debido a la falta de agua y alimento para el ganado.
Finalmente el secretario de Protección Civil,Hector Amparano Herrera, reconoció que la crisis hídrica, además de impactar al campo, amenaza con extenderse a las zonas urbanas, intensificando el estrés hídrico y evidenciando la vulnerabilidad de la región ante el cambio climático.
