En el amor romántico, la idealización puede hacer que una persona vea a su pareja como la perfección encarnada, lo que puede generar desilusión cuando las expectativas no se cumplen o cuando surgen problemas que no se habían anticipado, las cuales pueden ocurrir con situaciones o ideas, al imaginar que una relación amorosa será siempre feliz y sin dificultades.
Por otro lado, en el amor romántico se implica una relación emocional y afectiva profunda entre dos personas, caracterizada por la atracción física, emocional y la conexión íntima, la cual se basa en una idealización mutua y la creencia de que esa relación es única, especial y duradera, en la que a menudo está asociado con la pasión, el deseo de compartir una vida en común y la búsqueda de la felicidad a través de la otra persona.
En el contexto de las relaciones, idealizar a una persona significa atribuirle cualidades perfectas o excepcionales, sin reconocer su humanidad o sus imperfecciones, siendo que esta nos puede llevar a expectativas poco realistas y a una visión distorsionada de la relación o de la persona idealizada.