El empoderamiento femenino es un proceso social, político y cultural que busca la autonomía, la igualdad de derechos y el fortalecimiento de las mujeres en todas las áreas de la vida, también implica la capacidad de las mujeres para tomar decisiones sobre su propia vida, acceder a oportunidades y tener control sobre su cuerpo, salud y bienestar.
Cabe señalar que también está relacionado con la lucha contra las estructuras de poder que perpetúan la discriminación de género, buscando transformar las normas sociales y culturales que limitan el potencial de las mujeres.
El empoderamiento femenino es tanto un discurso como una realidad, en el que su alcance y efectividad dependen de los contextos en los que se implementa, ya que, como discurso, ha sido utilizado para generar conciencia sobre las desigualdades de género y promover la igualdad de oportunidades, visibilizando los derechos y el poder de las mujeres en diversas esferas de la sociedad. Sin embargo, la verdadera medida de su éxito radica en cómo se convierte en una realidad tangible en la transformación de las estructuras sociales que históricamente han subyugado a las mujeres.
Lograr la inclusión de las mujeres en la sociedad requiere un enfoque integral que pueda abarcar diversas áreas, desde la legislación hasta el cambio cultural y social, siendo algunas de ellas el incorporar la perspectiva de género en todos los ámbitos, educación y formación accesible para todas, acceso a la salud y derechos reproductivos, legislación y políticas públicas inclusivas, cambio cultural y social, redes de apoyo y solidaridad, cambio de mentalidad colectiva por mencionar algunos.