Los pequeños comerciantes aún padecen la crisis de la pandemia, la economía apenas comenzaba a reactivarse cuando el semáforo naranja llega con afectaciones y sobre todo, con el riesgo de moverse a rojo.
Negocios de jugos, aguas, abarrotes, semillas e incluso verdulerías y carnicerías se quejan por lo que consideran malas desiciones del gobierno que más que recortar horarios, consideran debe sancionar a quienes no respeten las medidas sanitarias.
El reducir los horarios en algunos les perjudica pues no hay ni el mismo movimiento, ni el mismo flujo y ante el riesgo de que el semáforo cambie a rojo nuevamente las ventas se vendrían abajo y muchos colapsarian.