Al reporte ciudadano por mal olor en camellón ubicado entre instalaciones antiguas de Fonatur y la parada de transporte público, sobre la carretera Transpeninsular, se detectó que el fétido ambiente no era a causa del agua de riego con que se hidratan las jardineras, sino debido a una coladera de banqueta que, por encontrarse destrozada, deja salir a la superficie el hedor, convirtiéndose en un paso pestilente para transeúntes y automovilistas. Asimismo, al camellón le fue arrancada una lámpara, quedando solo los alambres a la vista. También se observó que dicho espacio público ya no cuenta con una señal vial que antecedía la incorporación de los vehículos a la carretera; como tampoco está libre de basura por la falta de educación de las personas.