Denuncias por gasolina adulterada aumentan diez veces en México

La adulteración de combustibles en México se ha convertido en un problema alarmante, con estimaciones que indican que entre el 30% y el 35% de las gasolinas comercializadas contienen sustancias no autorizadas.

Walter Julián Ángel, comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), destacó que la situación se ha deteriorado, recibiendo hasta diez denuncias diarias de consumidores afectados por daños a sus vehículos, un aumento significativo en comparación con solo una denuncia diaria en el pasado.

Andrés Gutiérrez, director general del laboratorio CIEFSA, participó en el seminario "Seguridad y calidad de los combustibles" y reveló que la adulteración se lleva a cabo principalmente por comercializadores y transportistas privados. Este fenómeno ha dado lugar a una "industria desarrollada" que opera clandestinamente, utilizando redes sociales para comercializar combustibles adulterados. Gutiérrez explicó que las gasolinas y diésel son mezclados con químicos como alcoholes, lo que no solo reduce su calidad sino que también provoca daños mecánicos en los automóviles y pérdidas fiscales significativas para el gobierno.

El uso de gasolina adulterada puede tener serias consecuencias para los automóviles, entre las más comunes se encuentran la pérdida de potencia, el desgaste prematuro de componentes del motor y daños en el sistema de control de emisiones.

El comisionado Ángel subrayó la necesidad urgente de una estrategia conjunta entre el sector público y privado para abordar este problema. La CRE ha identificado que muchos de estos combustibles adulterados no provienen directamente de las estaciones de servicio, sino que se introducen en la cadena de distribución antes de llegar al consumidor final. Esto implica que tanto los productores como los distribuidores deben ser vigilados más estrictamente.

Gutiérrez también advirtió sobre la calidad de los combustibles disponibles en el mercado, señalando que algunos análisis han encontrado mezclas con hasta un 50% de gasolina, 35% de naftas ligeras y 15% de alcoholes, superando ampliamente los límites permitidos por la normatividad vigente. Esta situación no solo afecta a los vehículos particulares, sino que también tiene repercusiones ambientales y sobre la salud pública, exacerbando problemas como la contaminación del aire en grandes ciudades.

Los conductores pueden identificar gasolina adulterada a través de varias señales como:

• Rendimiento del motor comprometido: Cambios notables en la respuesta del motor o dificultad para arrancar son indicativos.
• Consumo elevado: Un aumento en el consumo de combustible puede ser un signo claro de que se ha utilizado gasolina de mala calidad.
• Olores y apariencia: La gasolina debe ser clara y tener un olor característico. Si es turbia o tiene sedimentos, es probable que esté contaminada.