La planta de tratamiento de aguas negras de Fonatur, ubicada en el corazón de San José del Cabo, además de ser un factor contaminante del estero josefino, es una tortura para los olfatos de quienes trabajan o pasan por esa zona. Extranjeros que radican en el pueblo desde hace 6 años o mexicanos que tienen su vida hecha aquí comentan que la fetidez alcanza cuadras de distancia. También los negocios de promoción turística y restaurantes con espacios al aire libre, que se ubican a la redonda, opinan que el hedor les afecta así como a los turistas; les preocupa que sea un daño a la salud y esperan que las autoridades atiendan el caso.