El 2022 cerrará como uno de los años más complicados para el sector agrícola en México.
A pesar de que los precios para el maíz y el trigo alcanzaron cifras récord superando los 7 mil pesos por tonelada, la realidad es que, solo se trató de un espejismo dado que la utilidad de productores se vino abajo tras el alza desproporcionada en el costo de los energéticos como fertilizantes y combustibles que, en el caso del amoníaco su precio encareció en más de un 200 %.
Pero lo que viene a dar un golpe mortal al campo, es el inminente cierre de la Financiera Nacional de Desarrollo(FND) que deja prácticamente desamparados a los productores grandes y pequeños que dependen del financiamiento para hacer producir la tierra.
Hoy están sin recursos para dar mantenimiento a sus cultivos, algunos sin dinero para pagar el agua, insumos y mucho menos pensar en asegurar sus cultivos de una posible helada, un fenómeno recurrente en la entidad.
¿Pero qué es lo que está en riesgo? si el Gobierno Federal no cambia su política agropecuaria, está en riesgo el sustento de millones de mexicanos que dependen del campo, la economía y por si fuera poco, la producción de alimentos.