Detrás de cada papa fresca que se cosecha en los valles del norte de Sinaloa, hay una historia de familias jornaleras que con su importante labor hacen posible que los alimentos que se producen en la región lleguen a la mesa de los mexicanos.
Guadalupe Soto vive en la comunidad 5 de mayo, todos los días se levanta a las 4 de la mañana para que el tiempo le dé y pueda llegar puntual a la cosecha de papa, una jornada de 7:00 a 3:00 de la tarde con un sueldo de 380.00 pesos.
"Lupita" como le dicen sus compañeros de trabajo, dice sentirse afortunada de vivir entre los valles agrícolas del norte de Sinaloa, pues expresa que el trabajo nunca falta, ya sea en cortes de tomate, chiles, arándano o papa, siempre hay una oportunidad de trabajar y llevar el sustento al hogar de manera hornada.
"Sí pues aquí tenemos el trabajo cerquita, pues sí madrugamos pero aquí lo tenemos chile, papa, arándano, tomatillo".
Lupita expresó que el ser jornalero es una de las labores más bonitas, pues gracias a ellos es posible la producción de alimentos, comentó que el vivir en Sinaloa en donde los valles agrícolas siempre están verdes, es una bendición, pues a diferencia de familias jornaleros del centro y sur del país, quienes viven en Sinaloa tienen el trabajo cerca, sin necesidad de abandonar su hogar para salir en busca del sustento.
"Hay muchas personas que vienen a este estado de otros estados del país como chihuahua a trabajar aquí y nosotros somos muy afortunados de estar aquí y no tener que abandonan nuestro hogar para salir en busca de trabajo".
Cada año, familias jornaleras esperan con ansias la cosecha de papa, pues con ella se vienen tiempos de bonanza para la economía de familias que viven en comunidades rurales en el norte del estado.