En los últimos días se ha observado en la ciudad de Los Mochis una mayor presencia de vendedores ambulantes, personas de comunidades rurales y de la misma ciudad se han visto obligados a recurrir a las calles en busca del sustento familiar.
Aseguran son conscientes del riesgo que corren, sin embargo la falta de ingresos y no tener que comer puede más que el miedo y, así desafían la muerte, la mayoría sin la más mínima medida preventiva, pues de pagar en la farmacia 10 pesos que cuesta un cubrebocas, prefieren destinarlo para la tortilla.
Y por más exagerado que le pudiera parecer esto, esta es la cruda realidad a la que se enfrentan en estos momentos muchas familias en medio de la contingencia sanitaria.
El que trabajaba en la taquería de la esquina, el que tenía el puesto de bolero en el centro, todos se vieron obligados a recurrir a las calles, vendiendo alimentos o hasta pidiendo unas monedas para sobrevivir a esta, una de la peores crisis de los últimos años.