Bajo el legado de su padre ,Everardo Rodriguez se sumergió en el mundo de las telas y la confección desde los años noventa, aprendió la fabricación de trajes de alta costura ,los cuales vestían grandes agrupaciones de la región en aquel entonces.
"Cuando recién se inició la sastrería había mucho trabajo los primero clientes fueron músicos, fueron los músicos los clientes que más frecuentaban los uniformes , los trajes, era de hacerse ellos su trabajo de traje de uniformes"
La época dorada donde el mercado de la sastrería era muy demandante terminó con la introducción de prendas prediseñadas, ahora las nuevas generaciones prefieren seguir la moda y la marca olvidando así la cultura por vestir a la medida.
"Ahora lo que la gente busca es la marca , la marca de la prensa, compran la marca que ellos quieren y si les queda ya sea largo,cintura o ancho las mandar a arreglar, ahora la sastrería ya es más de composturas de ropa que elaboración"
Como a muchos comerciantes la crisis de la pandemia tocó a su puerta, después de dos meses paralizado, la instrucción de las autoridades sanitarias de regresar a la actividad , causó esperanza y de inmediato el buen Ever se dispuso a estar listo en espera de sus clientes.
"Cuando volvimos a abrir el negocio , yo creo que como todos los negocios se vino para abajo todo , había trabajo antes pero ahora la gente no trae trabajo ahora, no hay mucho trabajo como antes de la pandemia"
Cuenta con tristeza que pasaba horas en su taller en espera de que alguien requiriera de sus servicios, una bastilla o compostura servirían para sacar el día.
"Hubo un tiempo que no se paraba la gente , no venía la gente ,ahora podrán venir dos clientes o tres clientes al día, a veces no vienen, va muy lenta la situación"
En la ciudad de Los Mochis Everardo se consolida como uno de los pocos dedicados a la sastrería, aunque a veces más y a veces menos busca mantener vigente la nobleza del oficio.