Lázaro Cárdenas, es un pequeño campo pesquero ubicado en la Bahía de Topolobampo a 21 kilómetros de la ciudad de Los Mochis, conocido principalmente por la producción de pesca de jaiba, camarón y caracol burro, que es un molusco marino rosado de concha muy apreciada como objeto decorativo.
A pesar de la gran aportación económica que genera en la región por la práctica de la pesca, Lázaro Cárdenas tiene una gran riqueza cultural e histórica, así como grandes escenarios turísticos alrededor del campo pesquero como la Isla de las Aves, Isla del Elecho y la Isla de la Virgen, nombrado así por la figura de la Virgen de Guadalupe que se forma entre las grandes rocas durante las intensas lluvias, el escenario perfecto para celebrar el 12 de diciembre donde se reúnen cientos de pescadores y yoremes-mayos.
Lázaro Cárdenas fue fundado en la administración del gobernador Alfonso Calderón en el año de 1979, gracias a la concentración de las comunidades de ''El Carricito'' y el ''Muellecito'', 2 pueblos originarios que se encontraban en lo profundo de la sierra de Navachiste y gracias a la propuesta de Alfonso Calderón se decidió crear un mismo pueblo a las orillas del mar para que hubiera más acceso de agua y electricidad para las familias originarias, así lo relata Melina Maldonado, líder indígena de la comunidad.
''Fue de ese manera que se formó el pueblo de Lázaro Cárdenas, la concentración de Lázaro Cárdenas que está conformado por 2 ejidos, el nombre de la comunidad se decidió por medio de una tómbola, se echaron los nombres de varios héroes mexicanos y salió el nombre de Lázaro Cárdenas''.
Hoy en día, Lázaro Cárdenas se mantiene como un santuario cultural donde prevalece la lengua materna del Yoremnokki que se sigue enseñando en las escuelas de la comunidad como una materia igual de importante que matemáticas y español. En este campo pesquero se mantienen vivas las tradiciones yoreme-mayo, principalmente en Semana Santa donde celebran cuaresma, domingo de ramos y los contis, sin duda un campo pesquero prometedor que cobija a más de mil habitantes que viven de la pesca y de sus tradiciones, quienes a través de los años siguen contando las historias y leyendas de este gran pueblo indígena.